viernes, 25 de septiembre de 2020

LA IGLESIA ES EL CUERPO DE CRISTO

 

Actividad No. 11 del 28 de septiembre al 16 de octubre de 2020

 

LA IGLESIA ES EL CUERPO DE CRISTO

 

El Espíritu Santo es el que mantiene la unidad y provee los dones y carismas necesarios para que cada miembro desempeñe su misión.

 




Cuando el Espíritu Santo actúa en las personas es posible la vida en comunidad.  Así lo experimentaron los primeros cristianos después de Pentecostés: los creyentes estaban muy unidos, seguían fieles a las enseñanzas de los apóstoles, se reunían para alabar a Dios y partir el pan, comían juntos con alegría y sencillez de corazón y compartían sus bienes para que a nadie le faltara lo necesario (Hechos de los Apóstoles 2, 41-47; 4, 32-37).  Este estilo de vida llamó la atención en la sociedad de la época y atrajo a muchos que poco a poco conformaron pequeñas comunidades en diversos lugares.  Así empezó la Iglesia, (palabra griega que significa convocación o asamblea), es decir, la asamblea del pueblo reunida por el Espíritu Santo para formar el nuevo cuerpo de Cristo.  Es un cuerpo que tiene a Cristo por cabeza y por miembros a todos los creyentes. El Espíritu Santo es el que mantiene la unidad entre la cabeza y los miembros, además de proveer los dones y carismas necesarios para que cada miembro desempeñe su misión para la construcción, crecimiento y servicio de la comunidad.

Carisma es otra palabra griega que significa don gratuito, regalo.  Así pues, los dones y carismas son capacidades; cualidades que el Espíritu Santo da a cada persona para que pueda servir a los demás en la comunidad.  Entre otros están: enseñar, servir, profetizar, exhortar, repartir los bienes, practicar la misericordia, presidir u organizar la comunidad, curar, hacer milagros, hablar en lenguas o interpretarlas, tener sabiduría o conocimiento.  Pablo enseña que los mejores dones son la fe, la esperanza y el amor (caridad), destacándose entre ellos, el amor (Primera Corintios 13, 13).

El apóstol Pablo compara a la comunidad de Cristo con el cuerpo humano.  En estos términos se refiere a que:

Está formada por muchas partes, pero es un solo cuerpo.

 

Todas sus partes son importantes y se necesitan unas de otras.

 

Entre tales partes hay unidad: si una sufre, todo el cuerpo sufre; si una recibe atención especial, todas comparten su alegría.

 

Cada parte tiene un ministerio, es decir, un servicio o trabajo para beneficio común.

 

 

Este es el ideal de vida que persigue la comunidad cristiana, y al cual está invitada toda la humanidad, y es posible realizarlo por la acción del Espíritu de Jesús que trasforma interiormente a cada persona para que pueda vivir como verdadero hijo de Dios, hermano de los demás y amigo de la naturaleza.  El regalo del Espíritu Santo se obtiene por la súplica, por la oración humilde motivada por el deseo ardiente de ser trasformado.

La vida de Cristo se trasmite, en forma real, pero misteriosa, a los creyentes a través de los sacramentos.  Esto se evidencia con especial claridad en el bautismo y la eucaristía.  Gracias al primero, una persona entra a participar de la muerte y la resurrección de Cristo.

La eucaristía, entre tanto, permite que el creyente comparta de verdad el cuerpo de Cristo, de modo que permanece en comunión con él y con los demás miembros de la comunidad eclesial.

EL ESPÍRITU SANTO ACTÚA EN LA IGLESIA

Lumen Gentium, numeral 4

Consumada la obra que el Padre encomendó realizar al Hijo sobre la tierra (cf. Jn 17,4), fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés a fin de santificar indefinidamente la Iglesia y para que de este modo los fieles tengan acceso al Padre por medio de Cristo en un mismo Espíritu (cf. Ef 2,18). Él es el Espíritu de vida o la fuente de agua que salta hasta la vida eterna (cf. Jn 4,14; 7,38-39), por quien el Padre vivifica a los hombres, muertos por el pecado, hasta que resucite sus cuerpos mortales en Cristo (cf. Rm 8,10-11). El Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo (cf. 1 Co 3,16; 6,19), y en ellos ora y da testimonio de su adopción como hijos (cf. Ga 4,6; Rm 8,15-16 y 26). Guía la Iglesia a toda la verdad (cf. Jn 16, 13), la unifica en comunión y ministerio, la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos y la embellece con sus frutos (cf. Ef 4,11-12; 1 Co 12,4; Ga 5,22). Con la fuerza del Evangelio rejuvenece la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a la unión consumada con su Esposo. En efecto, el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús: ¡Ven! (cf. Ap 22,17).

Y así toda la Iglesia aparece como «un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».


 

LA COMUNIDAD CRISTIANA ES OBRA DEL ESPÍRITU SANTO


La familia: Iglesia doméstica

La vida en comunidad es un ideal que construyen los creyentes con la ayuda del Espíritu Santo, quien los transforma y los une. Según la sociología existen diferentes tipos de comunidades:

Tipos de comunidades sociales

Características de las comunidades sociales

Características de la comunidad cristiana

 

La familia, la tribu

Se caracterizan por los vínculos de sangre o de raza.

Las relaciones entre los miembros son cercanas y espontáneas, llenas de afectividad, confianza, solidaridad y amor.

Son relaciones duraderas.

Se comparten normas y valores.

Comunidad de una sola fe: un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre4, que está sobre todos, por todos y en todos (Efesios 4, 5-6).

Comunidad de amor: “En esto conocerán que son mis discípulos si se aman los unos a los otros”. (San Juan 13, 35).

 

El barrio, el pueblo, la ciudad, el país.

Son comunidades que comparten un mismo territorio.

Las relaciones van disminuyendo en afectividad.  Se vuelven relaciones formales.

Las relaciones son duraderas, aunque hay gran movilidad de los miembros.

Se comparten normas mínimas de convivencia.

 

Comunidad de servicio: cada miembro tiene su propio don o carisma para el servicio y construcción de la comunidad (1 Corintios 12).

Comunidad solidaria: los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma y ninguno tenía por propia cosa alguna, sino que todo lo tenían en común.  No había entre ellos indigentes y a cada uno se le repartía según su necesidad. (Hechos de los Apóstoles 4, 32-35).

 

Asociaciones y grupos religiosos, instituciones educativas, empresas y organizaciones.

Son comunidades temporales.

Los valores, normas, costumbres e intereses de la colectividad priman sobre los individuales.

Las relaciones son formales.

Comunidad de testimonio: Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo. Y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se habían de salvar (Hechos de los Apóstoles 2, 47)

 

 


ACTIVIDAD

1. Explique cómo puede usted ayudar para que su familia, sus amigos y vecinos vivan en comunidad.

2. ¿Qué semejanzas y diferencias encuentra entre la comunidad social y la comunidad cristiana? ¿Qué conclusión puede sacar?

Fuente utilizada: Creo 6, Editorial San Pablo. 

 

viernes, 11 de septiembre de 2020

El Espíritu Santo transforma la vida del ser humano

 

ACTIVIDAD No. 10 DEL 14 AL 25 DE SEPTIEMBRE DE 2020

EL ESPÍRITU SANTO TRANSFORMA LA VIDA DEL SER HUMANO

 

El gran regalo de Jesucristo es el don de su propio espíritu.

 

 

DONES DEL ESPÍRITU SANTO

El Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 1830, explica que “la vida moral de los cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo. Estos son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo”.

Resucitado y antes de ascender al cielo, Jesús se presentó a sus discípulos para recordarles la promesa del Padre: serían bautizados con el Espíritu Santo, el poder de lo alto necesario para dar testimonio de Cristo en todo el mundo (Hechos de los Apóstoles 1, 4-8). Este es el gran regalo de Jesucristo: el don de su propio Espíritu. Los Hechos de los Apóstoles relatan la realización de esta promesa (Hechos de los Apóstoles 2, 1 y ss.). Fue durante la fiesta judía de Pentecostés, cuando estaban reunidos en Jerusalén judíos llegados de todas partes del mundo para cumplir sus deberes religiosos.  La Virgen María, los apóstoles y los creyentes estaban en una casa, y de repente, un gran ruido como de un viento fuerte resonó y sobre cada uno aparecieron lenguas como de fuego y todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar de las maravillas de Dios.  Luego de una predicación con poder, el apóstol Pedro exhortó a los judíos a volverse a Dios y bautizarse en el nombre de Jesucristo para que Dios les perdonara los pecados y les diera el Espíritu Santo y ese día se convirtieron unas tres mil personas.  Desde entonces, para la comunidad cristiana, Pentecostés es la fiesta del Espíritu Santo, el nacimiento oficial de la Iglesia, es decir, de la comunidad de quienes viven su fe en Jesucristo.  A partir de ese momento, los nuevos creyentes recibieron el Espíritu Santo (Hechos de los Apóstoles 8, 14-17; 10, 44-48; 19, 1-7) y, aún hoy, lo siguen recibiendo, pues el ser humano necesita de Él si desea que su vida se transforme.  Pero, ¿qué hace el Espíritu Santo en alguien que desea vivir en la fe de Cristo?

Por Él nace de nuevo, se renueva en su vida espiritual para entrar al Reino de Dios, como lo prometió Jesús.

 

Le permite reconocer a Dios como Padre y experimentar su amor.

 

Le enseña a amar a Dios. Es el Espíritu de amor que le va dando a conocer a Dios y lo lleva hasta la verdad completa.

 

Ilumina su mente para que pueda reconocer en Jesús, hombre semejante a nosotros, al Verbo de Dios encarnado y al Señor de señores.

 

Lo lleva a amar a Jesús, a pertenecerle (Romanos 8, 9) y le ayuda a vivir como su testigo, porque Él mismo es el testigo de Jesús.

 

Dirige su oración, le ayuda a pedir lo que le conviene e intercede por él.

 

Le permite apreciar las maravillas de Dios, proclamarlas y cantarle himnos de alabanza.

 

Le da vida, lo libera del pecado y de la muerte y produce abundante fruto en él; fruto que es: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.

 

Le permite vivir en comunidad, como Iglesia y le da los dones y carismas para provecho de todos. La gracia del Espíritu Santo se comunica a los creyentes cristianos en el sacramento del Bautismo.

 

 

LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

El cristiano es como los árboles: cuando está maduro dará sus frutos; por sus frutos os conocerán (Mt 12, 33). Cuando los árboles están maduros, darán unos frutos que no son agrios, sino dulces y buenos a la vista.

 




TRASFORMACIÓN HUMANA

Trasformación significa hacer cambios de forma, convertir una cosa en otra, hacer cambiar el comportamiento.  Se asocia con crecimiento, con superación, con el paso de algo imperfecto a algo mejor. En el lenguaje de la fe es una conversión, un cambio profundo de vida. 

PROPUESTA DE LA SOCIEDAD ACTUAL

 

PENSAMIENTO CRISTIANO

El individuo es un ser económico: productor y consumidor.

El ser humano es una persona, con dignidad y derechos innatos.

 

La libertad individual está por encima de todo.  Cada uno puede buscar su interés particular sin obstáculos. Es el individualismo.

 

El ser humano depende de Dios, su Creador, y está en relación de fraternidad con sus semejantes.

En la búsqueda de sus intereses, los individuos están en lucha, en competencia.

La naturaleza del ser humano es social y debe cooperar con los demás para alcanzar el bien común.

 

El ideal es que cada uno alcance comodidad, casi el ocio, que tenga abundancia de bienes y servicios para consumir.

El ideal es el respeto de la dignidad humana y de los derechos fundamentales.  Se debe buscar el bien de todos.

 

El progreso es material.  El éxito es tener bienes, gozar, disfrutar.  Y todo con el menor esfuerzo posible.

El bienestar material es un valor, pero hay valores superiores: la libertad, la justicia, la paz, el amor.

 

La ciencia y la tecnología son las únicas verdades respetadas.

 

La razón no puede ser lo único. El ser humano es más complejo.

El poder político sirve para alcanzar mayor bienestar económico.

La política es un servicio para el bien de todos, en especial de los débiles.

 

La riqueza es el valor supremo, el propósito de la vida.  Los demás valores van desapareciendo.

Endiosar la riqueza es ir contra la dignidad humana.  Ella debe estar al servicio del ser humano.

 

 


San Pedro sana a un paralítico

ACTIVIDAD

Leyendo y analizando el paralelo entre la propuesta de la sociedad actual y el pensamiento cristiano, ¿cuál es su ideal de ser humano? ¿Cuál es el de sus padres? Explique si coincide o no.