viernes, 30 de octubre de 2020

El Bautismo

 ACTIVIDAD No.  13 del 3 al 20 de noviembre de 2020

 

EL BAUTISMO: LA INICIACIÓN EN LA VIDA CRISTIANA

 

La inmersión en el agua simboliza la destrucción del pecado para surgir a una nueva vida.

 




La fe aparece siempre ligada al bautismo. De hecho, los apóstoles ofrecían el bautismo a quienes creían en Jesús, fueran judíos o paganos.  Desde ese entonces, para llegar a ser cristiano se sigue ese camino de “iniciación”.  En los primeros siglos de la Iglesia, este proceso empezaba con un largo período de preparación, llamado catecumenado, y concluía con la celebración de los tres sacramentos de la iniciación cristiana: bautismo, confirmación y eucaristía.  Las principales etapas de dicho proceso son:

Anuncio del mensaje de Jesucristo por medio de la Palabra.

 

Conversión como fruto de la acogida del mensaje.

 

Profesión de fe como manifestación de la conversión.

 

Celebración del bautismo.

 

Efusión del Espíritu Santo.

 

Participación en la comunión eucarística.

 

La celebración del sacramento del bautismo está organizada en cuatro partes:

Rito de acogida: significa la entrada de quien recibe el bautismo en la comunidad de los creyentes.  Los signos son la comunidad, el nombre, la señal de la cruz.

 

Liturgia de la Palabra: es el anuncio de la Palabra de Dios para provocar la respuesta de fe.  Comprende: lecturas bíblicas, homilía, oración de los fieles, exorcismo y unción con el óleo de los catecúmenos.  Esta unción simboliza la preparación del bautizando para la lucha que tendrá que afrontar contra el mal.

 

Liturgia del sacramento: comprende la bendición del agua, las renuncias a Satanás, la profesión de fe, el rito del bautismo, la unción con el santo crisma, la vestidura blanca y la luz.  El rito del bautismo significa y realiza la muerte al pecado y la entrada en la vida de la Santísima Trinidad; por ello se celebra en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo mientras se derrama agua sobre la cabeza tres veces.  De manera más significativa puede hacerse mediante la triple inmersión en el agua bautismal.  El santo crisma es un óleo consagrado por el obispo y significa el don del Espíritu Santo para el nuevo bautizado, el cual lo une a Cristo para ser sacerdote, profeta y rey.  El nuevo bautizado es ahora hijo de Dios y puede orar el padrenuestro.  Si es adulto puede participar en la primera comunión eucarística.

 

Rito de despedida: incluye la bendición solemne.  Cuando se bautiza a un niño pequeño, los padres y padrinos asumen la delicada misión de formar en la fe al nuevo hijo de Dios, para que crezca también en el conocimiento de Jesucristo y su mensaje, para que llegue a vivir luego una conversión a conciencia y profese libremente su fe.

 

 


EL PROCESO DE LA CONVERSIÓN

La Biblia nos ilustra sobre el proceso de catecumenado en los comienzos de la Iglesia.   Leamos el caso del carcelero y de su familia, quienes eran paganos y Dios los encontró a través de Pablo y Silas en Filipos, una de las ciudades más importantes de Macedonia, por entonces colonia romana.

 

Hechos de los Apóstoles 16, 25 – 34

 

Cerca de la medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban alabanzas de Dios, mientras los otros prisioneros los escuchaban. De pronto, la tierra comenzó a temblar tan violentamente que se conmovieron los cimientos de la cárcel, y en un instante, todas las puertas se abrieron y las cadenas de los prisioneros se soltaron. El carcelero se despertó sobresaltado y, al ver abiertas las puertas de la prisión, desenvainó su espada con la intención de matarse, creyendo que los prisioneros se habían escapado.     

Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, estamos todos aquí».     

El carcelero pidió unas antorchas, entró precipitadamente en la celda y, temblando, se echó a los pies de Pablo y de Silas.      

Luego los hizo salir y les preguntó: «Señores, ¿qué debo hacer para alcanzar la salvación?».          

Ellos le respondieron: «Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y toda tu familia».    

En seguida le anunciaron la Palabra del Señor, a él y a todos los de su casa. A esa misma hora de la noche, el carcelero los atendió y curó sus llagas. Inmediatamente después, fue bautizado junto con toda su familia.    Luego los hizo subir a su casa y preparó la mesa para festejar con los suyos la alegría de haber creído en Dios.

 

 

 


SOMOS CRIATURAS NUEVAS POR EL BAUTISMO

El bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, la puerta de la vida en el Espíritu.  Este sacramento hace a los creyentes nuevas criaturas y trasforma radicalmente su relación con Dios en cuanto:

Dios aparece como Padre que los ha creado por amor, que tiene un plan de salvación para hacerlos sus hijos en Jesucristo.  Efesios 1, 3-10

 

Jesucristo surge como su Señor y Salvador, para reconciliarlos con el Padre, hacerlos sus hermanos y marcarlos con el sello indeleble de su Espíritu Santo que les permite cumplir su triple misión:

-Profetas de Dios, para anunciar la buena noticia de la salvación y denunciar la injusticia.

-Sacerdotes que hacen de su vida un culto de alabanza a Dios.

-Reyes comprometidos en la construcción del Reino de Dios en la historia actual.

 

El Espíritu Santo habita en los bautizados como en un templo, les permite vivir como hijos de Dios, los enriquece con los dones y los ministerios para construir la comunidad, los acompaña en la misión y los consagra como pueblo escogido por Dios.

 

El bautismo hace a quienes lo reciben miembros de la Iglesia, la familia de Dios, llamados a servir a los demás, a ser obedientes y dóciles a los pastores, a dar testimonio de su fe ante el mundo y a participar en la actividad apostólica y misionera del Pueblo de Dios. Esta nueva vida puede acrecentarse luego con los otros sacramentos y fortificarse con la oración, la lectura bíblica y las buenas obras.



ACTIVIDAD

1. Explique con sus palabras las principales etapas del proceso de iniciación cristiana.

2. El carcelero cambió de vida porque experimentó la presencia de Dios en la cárcel.  Identifique los signos de esa presencia.

3. Relate una experiencia personal que haya tenido con Dios.  Explique cómo supo que Él se hizo presente en esa experiencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 16 de octubre de 2020

La Iglesia: promotora de la dignidad y servidora de la vida humana

 

Actividad No. 12 del 19 al 30 de octubre de 2020

LA IGLESIA PROMOTORA DE LA DIGNIDAD HUMANA

 

La Iglesia desarrolla multitud de acciones en defensa de la dignidad humana.

 

Bajo el impulso del Espíritu Santo, la primera comunidad de los seguidores de Jesucristo inició su misión de difundir en todas partes la buena noticia de la salvación y establecer el Reino de Dios inaugurado por Jesús.  La naciente Iglesia predicaba el Evangelio con palabras y con hechos, contagiando a los demás su nuevo estilo de vida basado en el amor al prójimo.  De esta forma comprobaron que la fe iba acompañada de obras, pues de lo contrario, sería una fe muerta e inútil.  Como cuerpo de Cristo, la Iglesia primitiva seguía los pasos y enseñanzas de su Maestro, quien los ayudaba y confirmaba su mensaje con milagros. (San Mateo 16, 20).  La Iglesia es, desde sus orígenes, un instrumento de Cristo; por su intermedio, Él continúa realizando el misterio del amor de Dios que salva a todos los seres humanos.  Por eso se afirma que la Iglesia existe para hacer que la salvación de Jesús llegue a toda la humanidad.


La Iglesia conoce bien la situación del ser humano, sus posibilidades y aspiraciones, así como las circunstancias que amenazan su dignidad de hijo de Dios.  Al comprender que el hijo de Dios se hizo hombre para acercarse al ser humano y brindarle la salvación, la comunidad eclesial lucha para que la vida de todos sea más humana, libre de toda esclavitud, y para que se desarrolle de acuerdo con el plan salvador de Dios.  Este compromiso se expresa en lo que se denomina la doctrina social, que orienta y proporciona herramientas para la construcción de una nueva sociedad expresada en la civilización del amor.  Basada en la revelación divina, la Iglesia defiende la igual dignidad de todos los seres humanos porque considera que todas las personas:

·         Tienen un alma racional.

·         Están creadas a imagen de Dios.

·         Poseen la misma naturaleza y el mismo origen.

·         Pueden llegar a ser redimidas por Cristo.

·         Gozan de la misma vocación y destino divinos.


Santuario de Monserrate en Bogotá

En concordancia con el pensamiento de la Iglesia de Cristo, la miseria y la injusticia en que viven grandes grupos humanos exigen que todos los creyentes trabajen en la labor de la evangelización y en la de ser la voz de los que no tienen voz.  En esta dirección, la Iglesia desarrolla multitud de acciones en diversos escenarios y a través de entidades como el Pontificio Consejo Justicia y Paz, un organismo de la Santa Sede que promueve, como indica su nombre, la justicia y la paz en el mundo, basado en el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia; también labora en el mismo sentido la organización Cáritas Internacional, una confederación de 162 entidades católicas dedicadas a prestar asistencia, promover desarrollo y brindar servicio social en 201 países y territorios.  Tanto el Consejo como Cáritas actúan coordinadamente con las conferencias episcopales de cada país.


Plaza de San Pedro en El Vaticano

En estas organizaciones participan laicos y religiosos que emprenden iniciativas en los frentes: local, regional y mundial, expresando la posición de la comunidad creyente ante una amplia variedad de temas de actualidad, organizando programas de ayuda y solidarizándose con las personas que ven vulnerada su dignidad humana.  Además, hacen presencia y expresan la posición de la Iglesia en diversos espacios, eventos y organizaciones como las Naciones Unidas, donde la Santa Sede tiene un observador delegado.

LA IGLESIA SERVIDORA DE LA VIDA HUMANA

 

La Iglesia es enviada al mundo entero para servir, al igual que Cristo fue enviado por el Padre.

 



Después de Pentecostés los primeros cristianos estaban muy unidos.  Se reunían para alabar a Dios y partir el pan.  Desde tiempos de la Iglesia primitiva, cada creyente, según sus posibilidades y de acuerdo con sus dones, trabajaba con entusiasmo por la propagación del Reino de Dios (Romanos 16, 1-16; Filipenses 4,3).

Al esfuerzo por propagar el Reino se le llama apostolado y es ejercido de diversas maneras por todos los miembros de la Iglesia.  Toda la Iglesia es apostólica porque es enviada al mundo entero para servir, al igual que Cristo fue enviado por el Padre (San Marcos 10, 45).  Todo apostolado debe hacerse en unión con Cristo, pues solo en Él es posible dar fruto y hacerlo todo.  Para este propósito, los sacramentos, principalmente la eucaristía, son medios valiosos por cuando el Espíritu Santo comunica por medio de ellos los dones necesarios “en especial el del amor y la caridad” para llevar a cabo el apostolado.

Los laicos realizan el apostolado dando testimonio de vida cristiana, con las buenas obras, anunciando a Cristo con la Palabra y aplicando los principios cristianos a la solución de los problemas actuales.  Su campo de acción es el ambiente en que se mueven en la vida cotidiana.  Allí deben difundir los valores del Evangelio, pero también pueden ayudar en las obras de caridad, donde quiera que haya personas que carezcan de los medios necesarios para llevar una vida verdaderamente humana.  Donde estén aquellos que viven afligidos por las calamidades o por la falta de salud, o quienes padecen el destierro o la cárcel, allí debe llegar la caridad cristiana para prestarles todo auxilio.  Esta es una obligación que se impone ante todo a las personas y a las comunidades que disfrutan de prosperidad.

Santa Teresa de Calcuta

El apostolado es un servicio a la vida: quien lo ejerce se esfuerza por lograr que esta sea más digna y más humana para todos.  Un servicio realizado cristianamente exige:

Ver en el prójimo la imagen de Dios y de Cristo, a quien en realidad se ofrece lo que se da al necesitado.

 

Respetar la libertad y dignidad de quien recibe el auxilio.

 

Tener pureza de intención, servir sin intereses particulares.

 

Buscar y eliminar las causas de los males, no solo los efectos.

 

Ayudar de tal forma que no se dependa externamente de nadie y que quienes reciben la ayuda jamás dejen de bastarse por sí mismos.

 

 



La parroquia es un modelo de apostolado comunitario, pues allí se congrega una gran diversidad de labores a través de las llamadas pastorales: con las familias, con los niños y los jóvenes, con los enfermos, con los ancianos, con la comunidad, con los prisioneros, con los pobre y necesitados, en fin, en todo y para todos dependiendo de las necesidades de cada lugar.

ACTIVIDAD

1. Explique cuál es la misión de la Iglesia.

2. Cuente alguna acción de caridad que haya realizado. 

3. El amor a Dios y a las personas, ¿son dos cosas distintas? Explique

 

viernes, 25 de septiembre de 2020

LA IGLESIA ES EL CUERPO DE CRISTO

 

Actividad No. 11 del 28 de septiembre al 16 de octubre de 2020

 

LA IGLESIA ES EL CUERPO DE CRISTO

 

El Espíritu Santo es el que mantiene la unidad y provee los dones y carismas necesarios para que cada miembro desempeñe su misión.

 




Cuando el Espíritu Santo actúa en las personas es posible la vida en comunidad.  Así lo experimentaron los primeros cristianos después de Pentecostés: los creyentes estaban muy unidos, seguían fieles a las enseñanzas de los apóstoles, se reunían para alabar a Dios y partir el pan, comían juntos con alegría y sencillez de corazón y compartían sus bienes para que a nadie le faltara lo necesario (Hechos de los Apóstoles 2, 41-47; 4, 32-37).  Este estilo de vida llamó la atención en la sociedad de la época y atrajo a muchos que poco a poco conformaron pequeñas comunidades en diversos lugares.  Así empezó la Iglesia, (palabra griega que significa convocación o asamblea), es decir, la asamblea del pueblo reunida por el Espíritu Santo para formar el nuevo cuerpo de Cristo.  Es un cuerpo que tiene a Cristo por cabeza y por miembros a todos los creyentes. El Espíritu Santo es el que mantiene la unidad entre la cabeza y los miembros, además de proveer los dones y carismas necesarios para que cada miembro desempeñe su misión para la construcción, crecimiento y servicio de la comunidad.

Carisma es otra palabra griega que significa don gratuito, regalo.  Así pues, los dones y carismas son capacidades; cualidades que el Espíritu Santo da a cada persona para que pueda servir a los demás en la comunidad.  Entre otros están: enseñar, servir, profetizar, exhortar, repartir los bienes, practicar la misericordia, presidir u organizar la comunidad, curar, hacer milagros, hablar en lenguas o interpretarlas, tener sabiduría o conocimiento.  Pablo enseña que los mejores dones son la fe, la esperanza y el amor (caridad), destacándose entre ellos, el amor (Primera Corintios 13, 13).

El apóstol Pablo compara a la comunidad de Cristo con el cuerpo humano.  En estos términos se refiere a que:

Está formada por muchas partes, pero es un solo cuerpo.

 

Todas sus partes son importantes y se necesitan unas de otras.

 

Entre tales partes hay unidad: si una sufre, todo el cuerpo sufre; si una recibe atención especial, todas comparten su alegría.

 

Cada parte tiene un ministerio, es decir, un servicio o trabajo para beneficio común.

 

 

Este es el ideal de vida que persigue la comunidad cristiana, y al cual está invitada toda la humanidad, y es posible realizarlo por la acción del Espíritu de Jesús que trasforma interiormente a cada persona para que pueda vivir como verdadero hijo de Dios, hermano de los demás y amigo de la naturaleza.  El regalo del Espíritu Santo se obtiene por la súplica, por la oración humilde motivada por el deseo ardiente de ser trasformado.

La vida de Cristo se trasmite, en forma real, pero misteriosa, a los creyentes a través de los sacramentos.  Esto se evidencia con especial claridad en el bautismo y la eucaristía.  Gracias al primero, una persona entra a participar de la muerte y la resurrección de Cristo.

La eucaristía, entre tanto, permite que el creyente comparta de verdad el cuerpo de Cristo, de modo que permanece en comunión con él y con los demás miembros de la comunidad eclesial.

EL ESPÍRITU SANTO ACTÚA EN LA IGLESIA

Lumen Gentium, numeral 4

Consumada la obra que el Padre encomendó realizar al Hijo sobre la tierra (cf. Jn 17,4), fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés a fin de santificar indefinidamente la Iglesia y para que de este modo los fieles tengan acceso al Padre por medio de Cristo en un mismo Espíritu (cf. Ef 2,18). Él es el Espíritu de vida o la fuente de agua que salta hasta la vida eterna (cf. Jn 4,14; 7,38-39), por quien el Padre vivifica a los hombres, muertos por el pecado, hasta que resucite sus cuerpos mortales en Cristo (cf. Rm 8,10-11). El Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo (cf. 1 Co 3,16; 6,19), y en ellos ora y da testimonio de su adopción como hijos (cf. Ga 4,6; Rm 8,15-16 y 26). Guía la Iglesia a toda la verdad (cf. Jn 16, 13), la unifica en comunión y ministerio, la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos y la embellece con sus frutos (cf. Ef 4,11-12; 1 Co 12,4; Ga 5,22). Con la fuerza del Evangelio rejuvenece la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a la unión consumada con su Esposo. En efecto, el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús: ¡Ven! (cf. Ap 22,17).

Y así toda la Iglesia aparece como «un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».


 

LA COMUNIDAD CRISTIANA ES OBRA DEL ESPÍRITU SANTO


La familia: Iglesia doméstica

La vida en comunidad es un ideal que construyen los creyentes con la ayuda del Espíritu Santo, quien los transforma y los une. Según la sociología existen diferentes tipos de comunidades:

Tipos de comunidades sociales

Características de las comunidades sociales

Características de la comunidad cristiana

 

La familia, la tribu

Se caracterizan por los vínculos de sangre o de raza.

Las relaciones entre los miembros son cercanas y espontáneas, llenas de afectividad, confianza, solidaridad y amor.

Son relaciones duraderas.

Se comparten normas y valores.

Comunidad de una sola fe: un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre4, que está sobre todos, por todos y en todos (Efesios 4, 5-6).

Comunidad de amor: “En esto conocerán que son mis discípulos si se aman los unos a los otros”. (San Juan 13, 35).

 

El barrio, el pueblo, la ciudad, el país.

Son comunidades que comparten un mismo territorio.

Las relaciones van disminuyendo en afectividad.  Se vuelven relaciones formales.

Las relaciones son duraderas, aunque hay gran movilidad de los miembros.

Se comparten normas mínimas de convivencia.

 

Comunidad de servicio: cada miembro tiene su propio don o carisma para el servicio y construcción de la comunidad (1 Corintios 12).

Comunidad solidaria: los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma y ninguno tenía por propia cosa alguna, sino que todo lo tenían en común.  No había entre ellos indigentes y a cada uno se le repartía según su necesidad. (Hechos de los Apóstoles 4, 32-35).

 

Asociaciones y grupos religiosos, instituciones educativas, empresas y organizaciones.

Son comunidades temporales.

Los valores, normas, costumbres e intereses de la colectividad priman sobre los individuales.

Las relaciones son formales.

Comunidad de testimonio: Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo. Y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se habían de salvar (Hechos de los Apóstoles 2, 47)

 

 


ACTIVIDAD

1. Explique cómo puede usted ayudar para que su familia, sus amigos y vecinos vivan en comunidad.

2. ¿Qué semejanzas y diferencias encuentra entre la comunidad social y la comunidad cristiana? ¿Qué conclusión puede sacar?

Fuente utilizada: Creo 6, Editorial San Pablo. 

 

viernes, 11 de septiembre de 2020

El Espíritu Santo transforma la vida del ser humano

 

ACTIVIDAD No. 10 DEL 14 AL 25 DE SEPTIEMBRE DE 2020

EL ESPÍRITU SANTO TRANSFORMA LA VIDA DEL SER HUMANO

 

El gran regalo de Jesucristo es el don de su propio espíritu.

 

 

DONES DEL ESPÍRITU SANTO

El Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 1830, explica que “la vida moral de los cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo. Estos son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo”.

Resucitado y antes de ascender al cielo, Jesús se presentó a sus discípulos para recordarles la promesa del Padre: serían bautizados con el Espíritu Santo, el poder de lo alto necesario para dar testimonio de Cristo en todo el mundo (Hechos de los Apóstoles 1, 4-8). Este es el gran regalo de Jesucristo: el don de su propio Espíritu. Los Hechos de los Apóstoles relatan la realización de esta promesa (Hechos de los Apóstoles 2, 1 y ss.). Fue durante la fiesta judía de Pentecostés, cuando estaban reunidos en Jerusalén judíos llegados de todas partes del mundo para cumplir sus deberes religiosos.  La Virgen María, los apóstoles y los creyentes estaban en una casa, y de repente, un gran ruido como de un viento fuerte resonó y sobre cada uno aparecieron lenguas como de fuego y todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar de las maravillas de Dios.  Luego de una predicación con poder, el apóstol Pedro exhortó a los judíos a volverse a Dios y bautizarse en el nombre de Jesucristo para que Dios les perdonara los pecados y les diera el Espíritu Santo y ese día se convirtieron unas tres mil personas.  Desde entonces, para la comunidad cristiana, Pentecostés es la fiesta del Espíritu Santo, el nacimiento oficial de la Iglesia, es decir, de la comunidad de quienes viven su fe en Jesucristo.  A partir de ese momento, los nuevos creyentes recibieron el Espíritu Santo (Hechos de los Apóstoles 8, 14-17; 10, 44-48; 19, 1-7) y, aún hoy, lo siguen recibiendo, pues el ser humano necesita de Él si desea que su vida se transforme.  Pero, ¿qué hace el Espíritu Santo en alguien que desea vivir en la fe de Cristo?

Por Él nace de nuevo, se renueva en su vida espiritual para entrar al Reino de Dios, como lo prometió Jesús.

 

Le permite reconocer a Dios como Padre y experimentar su amor.

 

Le enseña a amar a Dios. Es el Espíritu de amor que le va dando a conocer a Dios y lo lleva hasta la verdad completa.

 

Ilumina su mente para que pueda reconocer en Jesús, hombre semejante a nosotros, al Verbo de Dios encarnado y al Señor de señores.

 

Lo lleva a amar a Jesús, a pertenecerle (Romanos 8, 9) y le ayuda a vivir como su testigo, porque Él mismo es el testigo de Jesús.

 

Dirige su oración, le ayuda a pedir lo que le conviene e intercede por él.

 

Le permite apreciar las maravillas de Dios, proclamarlas y cantarle himnos de alabanza.

 

Le da vida, lo libera del pecado y de la muerte y produce abundante fruto en él; fruto que es: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.

 

Le permite vivir en comunidad, como Iglesia y le da los dones y carismas para provecho de todos. La gracia del Espíritu Santo se comunica a los creyentes cristianos en el sacramento del Bautismo.

 

 

LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

El cristiano es como los árboles: cuando está maduro dará sus frutos; por sus frutos os conocerán (Mt 12, 33). Cuando los árboles están maduros, darán unos frutos que no son agrios, sino dulces y buenos a la vista.

 




TRASFORMACIÓN HUMANA

Trasformación significa hacer cambios de forma, convertir una cosa en otra, hacer cambiar el comportamiento.  Se asocia con crecimiento, con superación, con el paso de algo imperfecto a algo mejor. En el lenguaje de la fe es una conversión, un cambio profundo de vida. 

PROPUESTA DE LA SOCIEDAD ACTUAL

 

PENSAMIENTO CRISTIANO

El individuo es un ser económico: productor y consumidor.

El ser humano es una persona, con dignidad y derechos innatos.

 

La libertad individual está por encima de todo.  Cada uno puede buscar su interés particular sin obstáculos. Es el individualismo.

 

El ser humano depende de Dios, su Creador, y está en relación de fraternidad con sus semejantes.

En la búsqueda de sus intereses, los individuos están en lucha, en competencia.

La naturaleza del ser humano es social y debe cooperar con los demás para alcanzar el bien común.

 

El ideal es que cada uno alcance comodidad, casi el ocio, que tenga abundancia de bienes y servicios para consumir.

El ideal es el respeto de la dignidad humana y de los derechos fundamentales.  Se debe buscar el bien de todos.

 

El progreso es material.  El éxito es tener bienes, gozar, disfrutar.  Y todo con el menor esfuerzo posible.

El bienestar material es un valor, pero hay valores superiores: la libertad, la justicia, la paz, el amor.

 

La ciencia y la tecnología son las únicas verdades respetadas.

 

La razón no puede ser lo único. El ser humano es más complejo.

El poder político sirve para alcanzar mayor bienestar económico.

La política es un servicio para el bien de todos, en especial de los débiles.

 

La riqueza es el valor supremo, el propósito de la vida.  Los demás valores van desapareciendo.

Endiosar la riqueza es ir contra la dignidad humana.  Ella debe estar al servicio del ser humano.

 

 


San Pedro sana a un paralítico

ACTIVIDAD

Leyendo y analizando el paralelo entre la propuesta de la sociedad actual y el pensamiento cristiano, ¿cuál es su ideal de ser humano? ¿Cuál es el de sus padres? Explique si coincide o no.